(inédito)
cuando en 1981 deciden disolver Joy Division y empezar de nuevo de otra manera, todavía no son capaces de desprenderse de esa melancolía con la que termina “Closer”. editan dos lps en esa línea, después del maxi de “Ceremony”. “Power Corruption & Lies” y “Movement” son los dos muy bonitos… pero poco más. la aportación con respecto a la etapa anterior es mínima.
el verdadero despegue de New Order se produce después. con “Low Life” y “Brotherhood”. ahí se quitan los complejos y empiezan a facturar esa música super positiva, hasta cierto punto ingenua (vista con la perspectiva de hoy) y muy difícil de imitar, yo creo, entre otras cosas porque tocar el bajo como Peter Hook es imposible y cantar como Bernard Summer casi imposible.
pero me voy a dejar de relatos históricos porque lo que yo quiero analizar aquí es otra cosa. algo que nunca he entendido de mí mismo, pero que es una realidad innegable: porqué me gustan tanto.
y además esta pasión absurda ha sido algo progresivo. en los ochenta les tenía por blandengues y superficiales (sigo pensándolo hoy), como a Depeche Mode y The Cure la segunda mitad de la década. pero poco a poco les he ido apreciando cada vez más, aún siendo consciente de su superficialidad.
algo sorprendente, porque el pop blandengue y superficial, en general, no me gusta en absoluto.
si tengo que explicármelo a mí mismo, solo puedo hacerlo de una manera: su música me embarga, me alegra la vida, me hace moverme y me saca una sonrisa. no puedo con ella. es más fuerte que yo.
hasta el punto de que si hoy tuviera que elegir un disco suyo para llevarme a una isla desierta, no sería “Low Life”, que siempre he considerado el mejor, sería “Technique”. el disco en el que, a mi manera de ver, explotan en esa sinsustancia fiestera de buen rollo bailongo que se parece mucho a lo que te hace sentir un pasti.
osea: New Order 100%.